24 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión / Aurelio Baldor

 

            Muchos estudiantes de distintas generaciones hemos utilizado por lo menos uno de los famosos libros de matemáticas de Baldor. La presente columna es un extracto del relato de la vida de este profesor de toda la américa y de todos los tiempos, narrada por Daniel Baldor, el tercero de siete hijos de este distinguido abogado y matemático cubano. Baldor, cuyo nombre es inmediatamente relacionado con su principal libro (Álgebra) ha sido quizás el que más pasión ha despertado en los estudiantes de secundaria, bachillerato y hasta de estudios profesionales de toda Latinoamérica. También escribió otros dos textos, los cuales son "Geometría y Trigonometría" y "Aritmética".

 

            "No nació en Bagdad como hasta hace poco pensábamos muchos. Nació en la Habana, Cuba, y su problema más difícil no fue una operación matemática, sino la revolución de Fidel Castro. Esa fue la única ecuación inconclusa del creador del Algebra de Baldor, Aurelio Ángel Baldor. Un apacible abogado y matemático que se encerraba durante largas jornadas en su habitación, armado sólo de lápiz y papel, para escribir un texto que desde 1941 apasiona a millones de estudiantes. El Álgebra de Baldor es el libro más consultado en las escuelas desde Tijuana hasta la Patagonia; lo es aún más que El Quijote de la Mancha, de Cervantes Saavedra. Tenebroso para algunos, misterioso para otros y definitivamente indescifrable para los adolescentes que intentan resolver sus "misceláneas" a altas horas de la madrugada, es por lo demás un texto que permanece en la cabeza de tres generaciones que ignoran que su autor no es el árabe que observa con desdén calculado a sus alumnos amedrentados, sino el hijo menor de Daniel Baldor y Fátima G. Párraga, nacido el 22 de octubre de 1906 en la Habana y portador de un apellido que significa "Valle de Oro" y que viajó desde Bélgica hasta Cuba sin tocar la tierra de Scherezada. Aurelio Baldor era el educador más importante de la isla cubana durante los años cuarenta y cincuenta. Fundador y director del Colegio Baldor, una institución que tenía tres mil quinientos alumnos y 32 autobuses en la calle 23 y 4, en la exclusiva zona residencial de "El Vedado". Fue un hombre tranquilo y enorme, enamorado de la enseñanza y su mujer, se pasaba el día ideando acertijos matemáticos y juegos con números. Aurelio y su familia vivían en las playas de Tarará en una casa grande y lujosa, donde el profesor dedicaba sus tardes a leer, a crear nuevos ejercicios matemáticos y a fumar, la única pasión que lo distraía por instantes de los números y las ecuaciones. Actualmente la casa la administra el Estado Cubano y forma parte de una villa turística para extranjeros, en las mismas calles en las que Baldor se encontraba con el "Che" Guevara, quien vivía a pocas calles de la suya en el mismo barrio. Era un hombre devoto de Dios, de la patria y de su familia, además era masón. Después de la Revolución Cubana de 1959, Baldor tuvo problemas con el nuevo gobierno y Raúl Castro ordenó detenerlo por instrucciones de Fidel pero gracias a una contraorden de Camilo Cienfuegos, quien defendía con devoción de alumno el trabajo de Aurelio Baldor, lo salvó de ir a prisión. A la muerte de éste en 1960, Baldor decide abandonar el país con su familia el 19 de julio de 1960 con destino a la Ciudad de México, donde permaneció 14 días, acompañado de una pobreza monacal que ya sus libros no podían resolver, pues 12 años atrás había vendido los derechos de su Álgebra y su Aritmética a Publicaciones Culturales, una editorial mexicana, y había invertido el dinero que obtuvo de ello en su escuela y en su país. Poco después se trasladó a Nueva Orleans donde padeció la segregación racial, por lo que más tarde decidió trasladarse a Nueva York, donde aprendió inglés junto con sus hijos, y al poco tiempo ya dictaba una cátedra en Saint Peters College, en Nueva Jersey. Mientras esto sucedía, la junta revolucionaria declaraba la nacionalización del Colegio Baldor y la expropiación de la casa del director, que sirvió durante años como escuela revolucionaria para formar a los célebres "pioneros". La suerte del colegio fue distinta. Hoy se llama Colegio Español y en el estudian cerca de 500 estudiantes pertenecientes a la Unión Europea. Ningún niño nacido en cuba puede pisar la escuela que Baldor construyó para sus compatriotas. Baldor Se esforzó por terminar la educación de sus hijos, y con los años, se había forjado un importante prestigio intelectual en los Estados Unidos y había dejado atrás las dificultades de la pobreza, sin embargo nunca pudo ser feliz fuera de cuba. No lo fue en Nueva York como profesor, ni en Miami donde vivió su retiro acompañado de Moraima, su mujer. Baldor jamás recuperó sus fantásticos cien kilos de peso. Murió el 2 de abril de 1978 a causa de un enfisema pulmonar, murmurando la palabra Cuba por última vez. Sin embargo, su familia sabe que en realidad la causa de su muerte fueron la nostalgia y el destierro".

 

            "Ser culto es el único modo de ser libre", José Martí. Winston Churchill dijo "El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la predica a la envidia. Su defecto inherente es la distribución igualitaria de la miseria. Sin embargo, la libertad de mercado, una fase del capitalismo, agranda el desequilibrio existente entre ricos y pobres, ahogando a éstos en la miseria y manteniéndolos en la dependencia de los primeros. El neo-liberalismo, otra fase más, se traduce en individualismo y alejamiento de los problemas sociales que no le afectan. La libertad, el bienestar común, debe ser conciencia absoluta de todos los miembros de un pueblo, sin privilegios mercantiles ni hegemonías esclavizantes para nadie. Sólo apuntando todos hacía el bien común donde quepamos todos. De esta manera jamás habrá destierros, ni exilios, ni despidos, ni negación de oportunidades para nadie”. Sólo siendo cultos sabremos sortear los embates de la mercadotecnia a través de su poderosa herramienta, la publicidad, cuando sea tendenciosa y oponente a nuestros criterios y principios de justicia y equidad. Seamos libres, seamos cultos y luchemos por y para ello. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



Banner Hotel