Como todos los países, México se rige con una moneda, que en este caso se le llama “peso mexicano”, siendo uno de los temas más importantes para los ciudadanos, tomando en cuenta que, como toda unidad monetaria, es necesaria para el intercambio y adquisición de bienes y servicios según sea el caso.
El peso mexicano es al día de hoy una de las monedas más poderosas de Latinoamérica, aunque le falta mucho para ser la más rentable debido a las diferentes devaluaciones que ha sufrido en la historia, además de la deuda, falta de competitividad y políticas monetarias poco proactivas.
Para conocer la situación actual de nuestra moneda, es preciso dar un vistazo a los antecedentes. La moneda nacional inicia su historia desde la colonia, cuando el virrey Antonio de Mendoza funda la Casa de la Moneda en 1535, usando como primera moneda el Real de a ocho. Esta institución se encargaría de emitir las diferentes monedas según el mandato de la corona española, ya fueran de oro o plata, sin embargo las cosas cambiarían con la Independencia de México, creándose diferentes monedas, para evitar usar las de origen español, llevando a una inestabilidad de la emisión y circulación de monedas, no obstante, no demeritaba su valor, pues el oro, plata y bronce representaban el valor material de la moneda, por lo tanto ese era su respaldo, no el diseño.
Para el Porfiriato, el peso mexicano estaba a la par del dólar americano, dejando pauta de que si se pudo en algún momento de nuestra historia igualar el valor monetario con USA. Otro punto de inflexión fue la Revolución Mexicana, que impondría cambios en todos los ámbitos, siendo uno de ellos la emisión de dinero, pues para el año de 1925 se crearía el Banco de México, para así regular la creación y circulación del peso mexicano, llevando una relación conjunta desde los años 30s hasta la actualidad.
El peso estuvo recuperando estabilidad hasta los años 70s, donde la crisis petrolera y políticas monetarias mediocres hicieron del peso una moneda nuevamente inestable y de poca confianza, algo que llevaría a la crisis de 1982 con la nacionalización de la banca, llevando a una alta inflación y la pérdida del poder adquisitivo del peso. Para este lapso de tiempo, la moneda nacional ya no tenía valor respaldado en metales porque en Estados Unidos se eliminaría el oro como forma de valuar el dólar, cambiando al estatus comercial según oferta y demanda desde 1971, lo cual significó para México el depender de las importaciones, exportaciones y recursos naturales para dar un valor al peso como en todos los países, pero con la caída del petróleo, el valor monetario disminuía, siendo el oro negro nuestro más valioso recurso.
Para la crisis de 1995 se cambia el valor de las monedas y billetes, llamándose nuevos pesos, lo cuál consistió en quitar ceros para un manejo más práctico y fácil pero no quiere decir que se eliminaba la devaluación que tenía la moneda, solo era un cascarón estético para ocultar el verdadero problema, algo que al día de hoy seguimos padeciendo ya que el valor frente al dólar es muy lejano, pues en teoría un dólar vale aproximadamente 20 pesos en promedio.
Haciendo un comparativo, México tiene la quinta moneda más poderosa de Latinoamérica, compitiendo con Chile, Brasil, Panamá y Colombia, dejando ver que la fuerza de la moneda es por la política monetaria empleada y las relaciones comerciales.
A nivel mundial, el dólar es el conocido ganador, por ser la moneda de referencia mundial, con gran poder adquisitivo y presencia en cualquier parte del mundo, dejando en segundo lugar al euro, por ser una moneda protegida por muchos países del viejo continente. Otra forma de cambio de gran cobertura es la libra esterlina, siendo en el siglo XIX la dominante entre las demás, pero su suerte acabaría después de la Primera Guerra Mundial, dejando muy debilitada a la libra y para 1945, la hegemonía monetaria pasaría a los Estados Unidos.
Queda claro que México tiene un potencial inmenso para aumentar el valor y cobertura del peso, pero las políticas económicas no son de mucha ayuda, pues al espantar la inversión, se aleja del objetivo de libre mercado como oferta y demanda, manteniendo un poder bajo a nivel comercial, siendo el rubro que domina al mundo globalizado del siglo XXI.
Es momento de reflexionar sobre muchas cosas, cuestionando el poder adquisitivo de nuestra moneda, que con el paso del tiempo y las decisiones gubernamentales imprudentes, han llevado a nuestro peso a perder valor y hacer más difícil la adquisición de bienes y servicios, pues no es casualidad el sentir de que las cosas son más caras cada día, algo que le debemos agradecer a la inflación, artífice de la inestabilidad monetaria. Es importante saber este tema, pues cada centavo, cada peso y cada billete ganado al día, significa una forma de vivir, aunque algunos solo sobreviven con lo mucho que trabajan y lo poco que vale nuestro dinero.
Es bueno estar informados y criticar de forma constructiva las decisiones que toma el estado sobre las políticas económicas, comerciales y de inversión, dejando dos escenarios: la debacle del peso o la recuperación del dinero mexicano. Esto es difícil pero no imposible para una de las economías más poderosas de América como lo es México, o ¿Qué opinas?