Álvaro Guerrero
La familia es un factor de motivación para que el alumno de cualquier nivel educativo pueda seguir estudiando, en el municipio de Martínez de la Torre se puede observar claramente que en ocasiones no existe la motivación por parte de los padres hacia sus hijos para que sigan sus estudios académicos, por lo cual algunos alumnos que sufren violencia en el seno familiar, lo reflejan con violencia hacia sus compañeros dentro del aula, y más cuando tienen una escolaridad media superior, así lo aseguró el profesor del TEBAEV Óscar Didier Rolón May.
Confirmó que en esta zona de cada diez alumnos, siete de ellos sufren en un momento dado violencia familiar, todo es ocasionado al poco apoyo que les puede brindar tanto el padre como la madre del estudiante, sin importar que sea económico o emocional.
Al existir violencia intrafamiliar, a los colegiados les ocasiona que vayan reduciendo su interés por seguir aprendiendo, eso ocasiona que elijan abandonar la escuela, ellos buscan otras opciones en las cuales pueden refugiarse fácilmente y encuentran la delincuencia.
Comentó al respecto lo que ocasiona el hecho de que los alumnos sufran violencia y cuál es la consecuencia que se obtiene, “como es el sistema de preparatoria son sujetos en riesgo, carne de cañón para actividades delictivas delincuenciales, estos muchachos al no tener una oportunidad de estudio y con una causal de problemas internos o intrafamiliares hace que los jóvenes caigan en este tipo de situaciones”.
Indicó también que para eliminar este tipo de problemas psicológicos en los alumnos, es necesario que los padres de familia pongan mayor interés y se preocupen sobre ellos, y más cuando la educación la reciben tanto dentro como fuera de casa.
Externó que a pesar que la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) tiene tantos programas para reducir la violencia en la escuela como en la familia, precisó que hasta el momento no se han podido solucionar los problemas que sufren los alumnos actualmente.
Señalando que algunos medios de comunicación y los problemas cotidianos que pasan en la ciudad, no ayudan a que el joven no se refugie en la delincuencia, y pierda el interés por seguir estudiando.
