En el marco de la conmemoración del Día Internacional contra el Acoso Escolar o Bullying, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte llama a padres de familia y profesores a estar atentos ante este tipo de situaciones, ya que tanto la víctima como el abusador requieren atención psicológica.
“El Acoso escolar es una forma de violencia en la que uno o varios alumnos molestan y agreden de manera constante a uno o varios compañeros, quienes no pueden defenderse de manera efectiva y, generalmente, están en una posición de desventaja o inferioridad”, explicó la doctora Julissa del Rosario Ibáñez Ruelas, psiquiatra del Hospital General de Zona (HGZ) No. 71.
Agregó que la intervención por parte de los padres o madres de familia y tutores es muy importante, ya que estas situaciones no se deben pasar por alto; al igual que la atención psicológica, la cual tiene que ser precoz y deberá realizarse de forma individualizada; sin embargo, es necesario verificar y, en su caso, modificar la estructura de la clase, porque puede ser que se esté fomentando el acoso; ahí pueden ayudar los profesores.
Asimismo, la especialista enfatizó que es recomendable mantener una buena comunicación padres e hijos, ya que es una manera de identificar si el niño muestra cambios de humor o de comportamiento, esto permite determinar cuál es el motivo. Los padres deben mantener la calma y escuchar todo lo que tenga que decir el menor, siempre confiando en que lo que cuenta es la verdad. En caso de que el niño confiese sentirse acosado, hay que reforzar su autoestima y apoyarle, haciéndole saber que no es culpa.
Algunos signos de alerta son:
- Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
- Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etcétera.
- Dificultades para dormir, pesadillas o insomnio.
- Aislamiento social, apatía e introversión.
- Mantenerse en estado de alerta de manera constante.
- No querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños.
- Faltar al colegio de forma recurrente.
- Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
- Conductas de huida y evitación.
- Negación de los hechos e incongruencias.
- Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
- Miedo a perder el control o a estar solo.
- Síntomas como: temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etcétera.
- Ideas e intentos de suicidio.
Cabe señalar que ponerse en contacto con el colegio es lo primordial, se puede concertar una cita con los responsables del centro estudiantil y una con el tutor del niño para hacerles conscientes de la situación, de forma que se pueda poner solución al problema. Si el colegio no sabe cómo actuar o se niega a tomar parte, se puede denunciar el acoso.
“No se debe ignorar la relevancia de atender al acosador, ya que el origen de su violencia puede ser causado por problemas sociales o familiares, que provocan que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea aún más violento. En muchas ocasiones, los acosadores son personas que también han sido acosadas”, señaló Ibáñez Ruelas.
Para finalizar, la psiquiatra recordó a los derechohabientes que el Seguro Social cuenta con atención psicológica en las Unidades de Medicina Familiar y con el servicio de Psiquiatría en las unidades de segundo nivel para tratamiento psicoterapéutico y farmacológico, así como psicoeducación; además recomendó a la población en general que se fomenten los vínculos afectivos, se enseñe a detectar relaciones tóxicas, se trabaje la apertura a la diversidad y a asumir la diferencia como riqueza; además de que en el supuesto de ser testigos de un caso de acoso, siempre hay que actuar.