En estos momentos en México, como no queriendo la cosa, se está escribiendo la historia. Somos la generación que no está leyendo la historia en los libros, sino en las redes sociales.
El 25 de diciembre, justo en Navidad, se venció el plazo para que mexicanas y mexicanos reuniéramos las firmas necesarias para solicitarle (entiéndase, para obligar) al Instituto Nacional Electoral a organizar la Consulta para la Revocación (que será ratificación) de Mandato del Presidente de la República. Veracruz, como era de esperarse, aportó una buena cantidad de firmas.
Lo mínimo que se tenían que reunir, de acuerdo a la Ley, eran poco más de 2.7 millones firmas de 17 Estados de la República. Para taparle la boca al INE, la sociedad mexicana juntó casi 9 millones de firmas: más del triple de lo que hacía falta. Ahora resultaría inaceptable que el INE nos salga con la barbaridad de que piensa anular más de 6 millones 300 mil firmas como pretexto para no realizar la Consulta. Las mexicanas y los mexicanos simplemente no nos comeríamos ese cuento y pediríamos una revisión minuciosa de cada firma.
Por otro lado, ya la Suprema Corte de Justicia de la Nación instruyó a las y los Consejeros del INE para que sigan adelante con la Consulta y que le dejaran de hacer al ensarapado, como pensaban hacerle –ya habían aprobado un acuerdo para suspenderla-. Según que no tenían dinero, cuando es una verdad sabida que tienen miles de millones y no se quieren bajar el súper sueldazo que ganan –hasta más que el Presidente-.
En el INE tampoco comen lumbre y saben que desobedecer a la Suprema Corte implicaría un desacato gravísimo que les puede costar la chamba y hasta un rato en la cárcel. Así que no les quedó otra más que recular y decir que la Consulta seguiría adelante.
¿Cuál es la resistencia del INE para organizar la Consulta? ¿Por qué fue necesario que la Suprema Corte les ordenara expresamente que es su obligación seguir adelante con el proceso?
La respuesta es que saben de antemano que el presidente Andrés Manuel López Obrador va a ganar con una abrumadora mayoría la consulta y eso no les gusta. No habrá revocación, sino ratificación. La mayoría del pueblo apoya al Presidente y ese respaldo se reflejará en los votos.
En el INE no quieren al Presidente porque representa los valores populares y democráticos que ellos siempre han atacado –aunque su chamba era defenderlos-. Pero la democracia no es del INE, sino del pueblo. La decisión de la mayoría tendrá que valer aunque a las y los Consejeros no les guste.
No me queda la menor duda: tendremos Consulta, no con la ayuda del INE, sino a pesar del INE. Así hemos ganado antes, así vamos a ganar ahora.
Post data: como la próxima columna será el 3 de enero, les mando desde ahorita mis mejores deseos para el 2022. Que gocen de salud y de unión familiar, que después de eso, todo es ganancia. Mientras, aquí seguimos chambeando en el Congreso.
- Diputado Local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.