26 de Noviembre de 2024
 

Sociedad basura

            De nueva cuenta tratando de componer el mundo con algunos amigos. Esta vez hablamos de la excesiva contaminación que todos estamos produciendo en el planeta, dado el modelo de producción y consumo que estamos siguiendo, debido a las tendencias competitivas y de mercado de la sociedad actual. Nos estamos hundiendo gradual y paulatinamente en nuestra propia y ajena basura. Hoy todo trabaja con electricidad y pilas, pilas para reloj, computadora, tablet, celular, juguetes, etc. Hoy todo es desechable, diverso y transitorio a muy corto plazo, y como es lógico, termina pronto en la basura.

 

            Lo vemos tan normal –les dije, que no nos detenemos a pensar en lo que, como consumidores, estamos contribuyendo. La mayoría de los productos que hoy compramos para uso personal o para consumo de alimentos y golosinas, vienen envasados generalmente en materiales que no son biodegradables a corto plazo por la vía natural. Polietileno, plástico, aluminio, polietilentereftalato (más conocido por su siglas en inglés como PET., polyethylene terephtalate), más todos los que se me olviden. Y junto a nuestra escasa cultura en cuanto al reaprovechamiento de la basura y al manejo de residuos que incluye el control humano de recolección, tratamiento y eliminación de los diferentes tipos de residuos; estaremos, con nuestras acciones, contribuyendo en ínfima parte a los efectos de reducir el nivel de impacto negativo de tales residuos sobre el medioambiente y la sociedad. Esta sociedad de consumo en la que vivimos hoy en día, está orquestada por oligárquicos grupos productivo-empresariales mundiales de ciudadanos adinerados (anteriormente denominados por Carl Marx como “la burguesía”), y que además, como si no les bastara, ejercen la plutocracia para beneficiarse de distintas maneras con diversas estrategias políticas que nos han conducido hábilmente a través de un acertado y certero uso de la mercadotecnia, a una exagerada y excesiva vida de comodidad y hedonismo, asentada en el consumo de acuerdo a nuestro bolsillo. Queremos todos vivir felices en esta vida, porque la vida es corta y cuando vemos ya se fue, y nos han hecho creer todo este tiempo que vivirla es comprar y consumir. Muchas veces compramos cosas que no necesitamos, cuántas veces lo hemos hecho. Siempre caemos, porque de ver se antoja y procuramos en nuestro propio estrato social, tener y usar lo mejor, bueno, lo que creemos que es lo mejor. La sociedad de consumo dirigida por aquellos que anteriormente les dije, piensa que tiene que producir cosas que duren poco, porque hay que vender mucho sin tomar en cuenta que con ello, basados en una sociedad de ¿compre y tire’, estamos destruyendo el planeta en un círculo vicioso de producción y consumo; nuestra casa común nos está enviando ya innumerables señales, mensajes que no queremos ver o escuchar. Hay escasez de agua en muchos lugares, también hay escasez de tierras cultivables en otros tantos, la tala inmoderada está reduciendo exageradamente la mancha verde y acrecentando la mancha urbana. Vivimos ya en una jungla, la jungla de asfalto que reduce más y más las épocas de lluvias estacionales que benefician a los cultivos. Muchas especies de animales y vegetales están en peligro de extinción ¡¿Qué fregados estamos pensando?! El desarrollo no puede estar en contra de la felicidad, de la vida, de las relaciones interpersonales sino en la comunión, la solidaridad, el respeto y el amor hacia Dios, nosotros mismos y nuestros semejantes. ¿A poco no lo han llegado a pensar también ustedes así? Claro que hay que hacer algo. Podemos hacer mucho si nos lo proponemos.

 

            Ya es momento de detenernos a pensar, de moderar el consumo, de reducirlo al máximo. Promover sí un desarrollo sustentable, pero no basado en una agresiva sociedad de consumo. ¡Ya basta! Cuidemos la felicidad humana, el amor, las relaciones humanas, los amigos, el respeto, los valores, que sembrados en nuestros hijos y el amor por nuestra tierra, darán buenos frutos a las generaciones venideras para continuar viviendo en este hermoso lugar que es nuestro planeta. Aprendamos, leyendo, estudiando, cultivándonos y olvidando esa bazofia universal que nos atiborran por numerosos medios para sosegarnos sin exigir nada, apacentados en una sociedad basura. Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto



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