¡Abróchense los cinturones!
Rubén Pabello Rojas
Ahora sí. Lo que hasta estos días no pasó de ser una especulación, y en muchos casos desesperación, comer ansias y querer adelantar lo que no era posible, por parte de desesperados que querían tener la incógnita despejada antes de los tiempos que marca la ley, instrumento que es al final lo único que cuenta para resolver todas las dudas, a partir de hoy, por fin, se habrá de allanar el camino para conocer quiénes serán los posibles candidatos de todos los partidos en la contienda electoral de junio. El plazo lógico se agotó, todo en su momento, como aquí se dijo repetidamente.
Ahora sí, en muy próximas horas se ejecutará lo aprobado en las convocatorias respectivas para seleccionar, dentro de los estatutos de cada partido, quiénes serán los abanderados para competir por la gubernatura del Estado y casi inmediatamente los que serán postulados candidatos a diputados para integrar el Congreso del Estado, lo que le da aún mayor interés a la liza electoral, no obstante que el próximo periodo para ambos poderes será de únicamente dos años.
Las condiciones políticas prevalecientes en Veracruz no tienen antecedente. Nunca, lo atestiguan ciudadanos de mayor edad, se había visto un panorama tan especial como el que se vive actualmente. La turbulencia, generada por condiciones inéditas en la política estatal, de lo cual se ha escrito hasta la saciedad, no se había experimentado, puede asegurarse sin ninguna exageración, en anteriores procesos electorales.
Cierto es que las elecciones se desarrollan ahora en un mejor nivel democrático, es indudable, y ello convoca a más activismo y a la acción multiplicada de numerosos partidos en competencia por el triunfo; triunfo que antes estaba de antemano asegurado, cuando un solo partido hegemónico tenía todas las de ganar, hoy con leyes que se han tornado más eficaces, ciudadanos y militantes partidistas, se empeñan en lograr en las urnas la victoria de sus candidatos.
Para llegar a estas jornadas previas a los comicios, en Veracruz se ha librado una gran batalla al interior de los partidos, ninguno queda exento, todos han tenido sus propias características y las luchas internas son denominador común. Pero donde se ha exacerbado la lucha interna es en el PRI, partido en el gobierno estatal y nacional. Ahí es donde se ha librado una verdadera riña entre diversas corrientes, todas con fuerza y todas con legitimidad, dentro de su desempeño previo a la solución final, que como ya se dijo, está inmediata y ese es el arranque, cuando el PRI se mueva se moverán los demás.
Al final, en el PRI, como es método inveterado de ese partido, en su convención que será de delegados privará el candidato único que será ni mas ni menos quien, desde la cúpula del poder político nacional, matizado por todos los instrumentos convenientes a los intereses del centro, resulte el ungido y toda la cargada, aun los que con el mayor poder estatal se hayan opuesto, se sumarán para tratar de hacer triunfar, por instinto de conservación, al candidato único, que todo indica será Héctor Yunes Landa, como lo predijo hace dos meses el adelantado y reconocido periodista Pepe Valencia.
Los demás partidos están en lo suyo, en la búsqueda de alianzas, aunque sean contra natura, como han sido llamadas o yendo solitarios, para auto probar su medida y porcentaje que les permita conservar su registro y prebendas, o bien otros lanzados a la aventura electoral a ver que cae en la pepena.
Lo que es un hecho innegable es que el próximo gobernador de la extracción que sea no va a ir a un día de campo. Desde la primera jornada de su gestión tendrá que luchar contra un fugaz periodo adverso y sentándose en la silla del poder estatal, ese mismo día, deberá empezar a trabajar no solo para paliar la desventura social, política y económica de la entidad, sino a preparar el terreno para el próximo gobernador de seis años, cuyo proceso electoral, ¡ojo!, comenzará solamente seis meses después de que el mini gobernador tome posesión. Surrealismo puro.
Si a esto se le adereza que la composición del Congreso puede carecer de una mayoría que permita medio gobernar, las cosas se van a poner “color de hormiga”, más obscuras que en estos momentos y ¡mucho cuidado!, en los distritos se puede perder o ganar la gubernatura.
En medio de todo este barullo, un fantasma recorre la escena en toda la geopolítica veracruzana, atraviesa llanuras, ríos, selvas, montañas, valles, lagos y todo el territorio jarocho: ¿Y si pierde el PRI?, ¿Si de veras hay voto de castigo?, ¿Si hay alternancia después de 86 años de lo mismo?
En fin, después de sobresaltos, ansias, desvelos, conjeturas, predicciones, especulaciones, desesperación y algo de pasiflorina, como aquí se recomendó, ahora si, abróchense los cinturones, aún habrá turbulencias.