25 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

Paz

“Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

            La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta. La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico. Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, él miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido. Paz perfecta. ¿Cuál cree que fue la pintura ganadora? El Rey escogió la segunda. ¿Sabe por qué? Porque, –explicaba el Rey, paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz. Y usted, ¿ya sabe quién le da la verdadera paz del corazón?”.

            La paz serena anhelada y buscada por todos bien puede estar en nosotros también. Dios amablemente nos la regala para que la alberguemos en nuestro corazón. La didáctica historia anónima anterior nos lo revela de una sutil manera; sin embargo, esto no significa de ninguna manera que debamos mantenernos indiferentes, fríos, impasibles, insensibles, estoicos, ante tanta crueldad, ante tanta bazofia y mezquindad humana. En paz, en calma, con serenidad, podemos pensar mejor las cosas, las estrategias que habremos seguir para sortear ese escabroso y agreste camino por el que nos lleva la senda de la vida, plagada de tantas vicisitudes y obstáculos para avanzar por la ruta que lleva a la verdad y sinceridad de todas las cosas. Esperar sin tardanza el mejor instante de actuar, mas no de obscenamente atacar, con los medios y elementos necesarios, con la verdad y la razón por delante enarbolando la honestidad y la justicia como ejemplo. Existen en la vida muchas cosas que no podemos cambiar, pero si manifestar podemos nuestro desacuerdo con ellas de una manera clara y sencilla, con el patrón de conducta apropiado. Manteniendo una relación de armonía y concordia con nuestros semejantes sin enfrentamientos ni conflictos, acordando, conviniendo, pactando, buscando la mejor solución que a todos beneficie. La diversidad y pluralidad de opinión en muchas cosas nos obliga a pactar, a convenir, a estar de acuerdo, pero con armonía y paz siempre es mejor. ¿A poco no lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. ¡Que tenga un buen día!

 

Luis Humberto.



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