El eco de la vida
“Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: “Ahhhh” Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: “¡Ahhhh!” Con curiosidad, el niño grita: “¿Quién está ahí?” Y escucha: “¿Quién está ahí?”. Enojado con la respuesta, el niño grita: “Cobarde”. Y recibe de respuesta: “Cobarde”. El niño mira a su padre y le pregunta: “¿Qué sucede?”. El padre le contesta: “Presta atención hijo. Y grita: ¡Te admiro!”. Y la voz responde: “¡Te admiro!” “¡Eres un campeón!” “¡Eres un campeón!”. Y el padre le explica: “La gente lo llama ECO”, pero, en realidad, es la vida que te devuelve todo lo que haces”.
Esta sublime reflexión anónima, nos muestra explícitamente que nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones. Si desea más amor en el mundo, crea más amor a su alrededor. Si desea felicidad, dé felicidad a los que le rodean. Si quiere una sonrisa en el alma, dirija una sonrisa al alma de los que conozca. Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida. La vida le dará de regreso, exactamente aquello que usted le ha dado. Su vida, no es una coincidencia, es un reflejo de usted. Alguien dijo: “Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa bien lo que estás dando”. Y es que no está por demás también decirlo: “Cuando planté rosales, coseché siempre rosas”, dijo el poeta Amado Nervo, en su excelso poema “En Paz”. La vida está plagada, repleta, llena de vicisitudes pero nunca debemos aminorar la carga, el esfuerzo para salir triunfante, siempre adelante en las malas. En las buenas, es siempre viento en popa, pero es bueno jamás pasar por sobre los demás, aprovechándonos, abusando de su ingenuidad, de su incapacidad física o intelectual, de su confianza o ignorancia. Todo regresa, la ley de la atracción nos devuelve invariablemente lo que esparcimos. Si abusa con sus acciones, será abusado. Si beneficia con su apoyo y ayuda, será beneficiado con la ayuda de los demás. A los jóvenes les cuesta trabajo entender esto, han vivido demasiado poco y no lo han visto de cerca, y tachan de embusteras a las personas mayores; los malhechores no creen en estas cosas, viven el momento actual, y piensan que es el único que cuenta. Tampoco valoran la experiencia de los adultos que poco o nada respetan. Oscar Wilde, escritor, poeta y dramaturgo irlandés del siglo XIX, dijo alguna vez que: “Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo”. Vivamos la vida intensamente, gozando en servir.
Lo que pocos entienden es precisamente que la vida infaliblemente nos pasa la factura de todos nuestros actos, de nuestras acciones, de nuestros errores; y a veces, cuando menos recordamos por qué. Cuide sus actos al igual que sus palabras, pensamientos e ideas. Toda consecuencia proviene de un acto, procure que estos sean buenos. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.