Los tiempos que se avecinan
No se hagan pelotas, ya no hay líderes naturales encausados en perseguir el desarrollo y progreso de un pueblo, municipio, estado o país. El descaro avanza, lentamente, pero lo hace. El “chapulinismo” y los camaleones lo vemos a todas luces, en donde quiera. No me diga que usted no lo ve, si hasta los niños lo notan. …Mamá, ¿qué ese señor que anda regalando despensas no era de los de tu partido y ahora anda con los otros?
No son tiempos electorales oficiales pero los políticos involucrados ya tienen aparentes ansias de servir y están a la vuelta de la esquina, muy cerca y los interesados deben actuar con mesura y cordura. Los comicios municipales se acercan, ahora son tiempos de teatro, que hasta parece comedia, son tiempos de ser amigos, amables, condescendientes, atentos, buenos, preocupados y dadivosos, respetuosos. A poco no lo han notado, yo que no salgo me doy cuenta. Este es el pan nuestro de cada día cuando se avecinan procesos electorales, es el gran circo de la polaca. Después, llega la etapa de los cacerolazos donde se dan todos contra todos una vez nombrados los candidatos oficiales de cada partido a contender, se sacan sus trapitos al sol, mediáticamente hablando, y agárrese el que pueda. No se respetan familias, amigos, nada. ¿Qué interesante debe ser ocupar un puesto de elección popular si todo el mundo involucrado parece querer ayudar? ¿Qué tendrá? ¿O no quieren ayudar, contribuir al progreso y al desarrollo de un lugar? Póngase abusado, no lo vayan a sorprender, su dignidad está de por medio, no se venda, México es un país acostumbrado a recibir baratas prebendas que le avienten y le beneficien un poco, a cambio de la dignidad de cada persona, prometiendo otorgar su voto en la fecha de los comicios electorales. No se vale que se engañe a un pueblo necesitado y con muchas carencias. Ya basta de engañar, de comprar dignidades, hacen falta políticos comprometidos con las verdaderas necesidades de desarrollo y progreso de un pueblo. Nos han educado bajo el conformismo y la mediocridad, en vez de la participación activa y emprendedora, si no lo cree, revise los programas oficiales de estudio del sistema educativo mexicano y se dará cuenta, son una basura. Nos conformamos con la realidad porque no queremos o no sabemos cómo combatirla y mejor nos acomodamos a ella, como no podemos imaginarnos algo mejor, nos conformamos con lo que existe, padecemos desde hace décadas una democracia disfuncional y no estamos dispuestos a sacrificarla, a combatirla, a desaparecerla, y mejor nos acomodamos a ella. Octavio Paz decía en “El Laberinto de la Soledad”: “Y si no somos todos estoicos o impasibles –como Juárez y Cuauhtémoc– al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de nuestras victorias nos conmueve nuestra entereza ante la adversidad”. Nuestro conformismo, paciencia, tolerancia y resignación no tienen límite, están estancadas en un círculo vicioso alentado por la mediocridad. Si nadie exige que las cosas cambien, nunca lo haremos. Y vuelve la burra al trigo con la frase “estamos jodidos todos ustedes” de mi Querido Hermano el Abogado Julio Cortés, que en paz descanse. Nos anquilosamos, nos escondemos y nos quedamos con los ojos bien pelones viendo pasar tanta marrullería y triquiñuelas.
Los tiempos que se avecinan parecen estar embarrados de lo mismo de siempre. Mientras haya mexicanos con bajas expectativas, seguiremos dando lugar a gobernantes que nos reflejen. Es más cómodo seguir la costumbre que confrontarla. El dinero es el principal motor que mueve al mundo y en el intrincado engranaje de la política es igual, para que nos hacemos bolas. ¿Usted a cuál le va? Todavía no hay nombres, pero ya se andan dejando ver algunos ¿O a poco no? ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.