“Este año que comienza, yo te lo confío Señor. Hazlo feliz para aquellos que yo amo; rico en experiencias, bueno para todos. Haz que yo lo viva con conciencia, dando a las tareas de la vida cotidiana mi cuidado y mi preocupación, dando a esto que tú me has confiado, mi trabajo y mi paciencia. Este año que comienza, yo te lo confío Señor. Haz que lo viva con conciencia; pausado en mi acción, atento, reflexivo, semejante a aquel que se recoge para pensar, que ve para mirar, que escucha para comprender y que se inclina para ayudar. Haz que yo prefiera siempre una sola cosa bien hecha en un día tranquilo, a muchas cosas imperfectas en un día agitado. Este año que comienza, yo te lo confío Señor. Enséñame a través de sus días el arte de amar bien y la virtud de ser justo, paciente en el sufrimiento; generoso en la alegría. Este año que comienza hazlo feliz para aquellos que yo amo; rico en experiencias, bueno para todos, jamás egoísta”.
Paul Claudel nos regala esta reflexión de año nuevo tomada del libro “Como una hoja al viento” de Rebeca Bolok. Es una plegaria Al Padre, plena de gratitud y esperanza, libre de egoísmo, de celos, envidias y ambiciones. Pletórica de paciencia, experiencia, inteligencia y anhelo de felicidad sin dañar a otros. En la vida, todos procuramos nuestro bienestar social y económico sin importar que lo que hagamos afecte a los demás y sin embargo, por ejemplo, también hacemos caridad efectuando donaciones porque nos conmovemos con las desgracias que sufren nuestros hermanos como consecuencia de desastres naturales. Parecemos seres con padecimiento de trastorno bipolar; simplemente esa es nuestra condición humana pues así estamos acostumbrados. Ayudamos pero arrasamos con los demás en muchos aspectos como en asuntos mercantiles, penales o judiciales y hasta nos sentimos bien si las leyes nos favorecen. Hace algunos años me enteré del accidente que sufrió un amigo mío que conducía su motocicleta a velocidad moderada por una avenida, cuando sorpresivamente lo arrolló un camión que salía de una calle. Mi amigo salió disparado hacia el pavimento sufriendo una severa conmoción cerebral que lo mantiene en coma. La compañía, propietaria del camión, logró con argucias comprar a las autoridades para cambiar el peritaje a su favor y no pagar ni un solo centavo en los gastos médicos de mi amigo que tal vez era lo único que sus familiares iban a pedir. Para unas cosas somos tolerantes, generosos, compasivos y magnánimos; sin embargo, para otras, somos más que hipócritas, despiadados, agresivos e intolerantes con los demás.
Yo le invito a que reflexionemos ese aspecto en nuestra personalidad y a que hagamos algo por nosotros mismos al respecto, y en consecuencia, por los demás. Tal vez encontremos muchas situaciones semejantes en nuestra persona u otros aspectos que podamos mejorar para este año que comienza. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.