Luis Humberto
Disciplina
Sabemos cuán importante es la disciplina en todas y cada una de nuestras acciones, desde nuestros primeros días de vida manifestamos el deseo de actuar a nuestro antojo. Cuántos bebes manipulan a su madre y aprenden que como respuesta al llanto obtienen toda la atención que requieren.
Y así mientras crecemos adquirimos una serie de hábitos tanto buenos como nocivos que van normando nuestra forma de actuar. Sin embargo, la disciplina es uno de los principales hábitos que debemos adquirir, ya que de éste dependen nuestros éxitos y fracasos que obtengamos a lo largo de nuestra existencia. La preparación académica requiere de disciplina para alcanzar nuestras mejores metas. En el trabajo depende en gran escala de la disciplina que nos impongamos, para obtener los logros que nos vamos fijando. En el terreno profesional es imprescindible ser aparte de responsable, disciplinado para cumplir con los compromisos adquiridos. No obstante, es tan lamentable ver cómo se malogran las vidas de tantas personas por falta de disciplina; cuántos jóvenes que desde adolescentes se vuelven ingobernables y anteponen sus inmaduros intereses, en lugar de someterse a la disciplina que sus padres pretenden imponerles, llegando incluso a abandonar sus estudios. Sin dejar de mencionar a los adultos, que pierden su trabajo por no saber acatar órdenes, por pretender imponer sus propias reglas; que prefieren desamparar a sus familias por continuar con una vida licenciosa y desordenada antes de acceder a la disciplina que generalmente su esposa desea impere en el hogar. También es común ver a tantos profesionistas que en ocasiones fracasan por falta de disciplina y caen en la mediocridad dejando pasar sus mejores oportunidades. “De gente que no le gusta que la manden están llenas las calles”. Dijo alguna vez un molesto gerente a un empleado que se negó a realizar las tareas que le había indicado. Es importante que hagamos al respecto un alto en el camino, para reflexionar unos momentos en que tan disciplinados somos cada uno de nosotros y analizar si realmente lo somos o no, porque de no ser así, ¿Qué caso tiene esforzarnos a medias en el estudio, en el trabajo o en nuestros asuntos profesionales, si no hemos de cumplirlos debidamente?
Es indispensable adquirir nuevos hábitos, actitudes positivas, comprometemos, auto motivarnos, tornarnos emprendedores, dejar de lado los temores que nos limitan y sobre todo, someternos a la disciplina necesaria para poder dar continuidad a nuestros planes y proyectos que nos conduzcan finalmente a alcanzar nuestros más caros objetivos. Los triunfadores alcanzan sus metas gracias a la tenacidad y disciplina que empeñaron en sus esfuerzos. Entonces es injustificable que sintamos envidia de ellos, cuando nosotros no nos comprometemos a fondo en cada una de nuestras acciones. Las cosas que nos gratifican y conducen a la autorrealización no son gratuitas, requieren de nuestro máximo esfuerzo y sobre todo de la mejor de las disciplinas para poder obtener los triunfos que en ocasiones considerarnos fáciles en otros. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.