24 de Noviembre de 2024
 

AL PIE DE LA LETRA

Raymundo Jiménez

 

 

* TERRORISMO: ¿TÁCTICA ELECTORAL?

 

En campaña, el panista Miguel Ángel Yunes Linares le apostó no sólo a la expectativa de ser el único candidato a la gubernatura de Veracruz que podía encarcelar al gobernador Javier Duarte y recuperar los miles de millones de pesos que el exgobernador del PRI y su pandilla desviaron del erario estatal sino que también prometió que abatiría la inseguridad, afirmando que sabía cómo hacerlo y ofreciendo, incluso, que reduciría a la mitad los índices criminales en los primeros seis meses de su administración.

 

Sin embargo, a Duarte lo llevó a prisión la Procuraduría General de la República y sólo se han recuperado hasta el momento algunos bienes muebles e inmuebles y 412 millones de pesos en efectivo que la PGR recuperó mediante acuerdos reparatorios con algunos cómplices del exgobernador, recursos entregados al gobierno yunista hasta enero pasado. Mientras, las ejecuciones, los secuestros, el abigeato, el robo de vehículos y otros delitos del fuero común siguen incrementándose en la entidad.

 

La madrugada de este domingo, por ejemplo, aparecieron otros tres cadáveres desmembrados en el puerto de Veracruz. Pero estas mismas escenas de horror se viven también a menudo en otras ciudades del estado, lo que obviamente paraliza cada vez más a la aterrorizada sociedad veracruzana.

 

¿A quién le conviene seguir administrando este ambiente de pánico ante el cercano proceso electoral en el que aparte de diputados, senadores y Presidente de la República se elegirá también al siguiente gobernador de Veracruz para el periodo 2018-2024?

 

Y no es por alimentar sospechas, pero resulta más que obvio que el desbordamiento de la inseguridad inhibirá al electorado y fomentará el abstencionismo el día de los comicios, situación que evidentemente favorecerá al partido en el poder ya que le permitirá mayor margen de maniobra para el acarreo y movilización de sus votantes, lo que regularmente se les complica cuando se da una alta participación ciudadana como la que tradicionalmente se ha venido repitiendo desde 1988 en cada elección presidencial, que en esta ocasión coincidirá por primera vez con la de gobernador del estado.

 

Ya en el proceso municipal de este año, en el que impuso con una votación inédita a su hijo Fernando Yunes Márquez en la alcaldía del puerto de Veracruz, Yunes Linares dio muestra de cómo usó el aparato policiaco y la Fiscalía General del Estado a cargo de sus incondicionales Jaime Téllez Marie y Jorge Winkler para contener y coaccionar a sus adversarios.

  

En la elección del año próximo, el gobierno yunista seguramente va a mejorar este primer experimento para imponer en la gubernatura al primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez.

 

Por eso, pese a la aterrorizante inseguridad e impunidad, Yunes Linares no va a cambiar a Téllez Marie ni a Winckler, cuya destitución, por ineptos, vienen demandando desde hace meses diputados locales, legisladores federales y organizaciones civiles.  

 

Casualmente este domingo, al rendir su quinto informe de labores legislativas, el senador priista Héctor Yunes Landa les recordó que “Veracruz vive hoy su peor crisis, producto de la ominosa corrupción del gobierno que recién salió y profundizada por la incapacidad absoluta del gobierno que lleva ya nueve meses dentro”, remarcando ante centenares de asistentes que durante este periodo, el déficit del gobierno del PAN se ha acrecentado: “hay más deuda, más pobreza y padecemos una inseguridad galopante”. 

 

El excandidato de la alianza PRI-PVEM a la gubernatura señaló que “quien hoy nos intenta gobernar, mientras en campaña se vendió a sí mismo como justiciero, hoy aplica una justicia selectiva, llegando al extremo de vender impunidad a quienes había señalado, a quienes había denostado”.

¿A cambio de qué Yunes Linares estaría dando impunidad a exfuncionarios duartistas? Todo hace suponer que por el poder transexenal, un proyecto de largo plazo que también se había propuesto concretar el exgobernador Fidel Herrera Beltrán –el más odiado enemigo político del mandatario panista–, pero que la soberbia, ambición y voracidad de su sucesor Javier Duarte lo hicieron abortar en 2016.

Y es que en las dirigencias estatal y nacional del PRI ya saben qué excolaboradores del exgobernador Duarte operaron para el yunismo en las recientes elecciones municipales, motivo por el cual el gobierno panista no les ha abierto indagatorias ministeriales ni los ha vinculado a proceso recluyéndolos en el penal de Pacho Viejo como a otros exfuncionarios.

 

MÁS PANISTAS CON AMLO

Por cierto, además del exalcalde y exdiputado xalapeño del PRI, Ricardo Ahued Bardahuil,  otros que acudieron este domingo a la Ciudad de México a la firma del Acuerdo Político de Unidad Nacional convocado por el dirigente y aspirante presidencial de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, fueron el exdiputado porteño Oscar Lara Hernández, del PAN; el empresario constructor Marcos Salas Contreras, exdiputado que también militó en Acción Nacional y luego en Movimiento Ciudadano, y Ana Miriam Ferráez Centeno, quien acaba de ser abanderada en el proceso electoral municipal de este año por la alianza PAN-PRD a la alcaldía de Xalapa.

Antes de viajar a la capital del país, Ahued Bardahuil dijo que no buscaba ser postulado por MORENA a ningún cargo, sino que lo hacía porque simpatizaba con sus postulados.

Habrá que ver cuáles son también los motivos de Salas, Ferráez y sobre todo de Lara Hernández, quien en febrero de este año renunció a su militancia en el PAN porque se quejó de que cuatro o cinco pequeños grupos internos del partido blanquiazul estaban decidiendo la mayoría de las candidaturas a presidentes municipales, síndicos y regidores, excluyendo a sus militantes.

Y es que ahí López Obrador  arremetió contra quienes creen que lo más importante de la política son los cargos, lo que se interpretó como un mensaje con dedicatoria al jefe de la Delegación Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, quien no asistió a la concentración en el Monumento a la Revolución por su manifiesto rechazo al resultado de la encuesta que lo descartó como candidato de MORENA a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

“Les brota la ambición y la calentura, sobre todo si se va a ser candidato a algún cargo”, dijo el tabasqueño, quien remarcó que “no es la lucha del poder por el poder, no es el ‘quítate tú, porque quiero yo’, no es la ambición ni al poder ni al dinero, lo que queremos es la transformación de México”.

¿Estarán todos en la misma sintonía? Ya se verá en el próximo reparto de candidaturas de este partido tan atractivo por su tendencia electoral triunfadora.



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