Cuidemos la Tierra
En menos de cincuenta años, la vida en la Tierra podría sufrir graves cambios que afectarán a todos los seres vivos del planeta, nuestra casa común. En menos de cincuenta años se prevé un considerable aumento de cincuenta grados Celsius en la superficie del planeta. La Tierra en condiciones normales, para producir este aumento, necesitaría al menos diez mil años.
Estos cincuenta grados provocarían una cadena de efectos insospechados. El deshielo lento pero continuado de los casquetes polares, el aumento del nivel del mar, la destrucción de pueblos y zonas costeras; se alteraría el plancton (diminutos organismos animales y vegetales que sirven de alimento a especies marinas) y toda la cadena de animales marinos. Pero ¿por qué este aumento de temperatura? Principalmente por la producción humana de dióxido de carbono, metano, freones (cada uno de los derivados del metano o etano con átomos de flúor y cloro que sustituyen a los átomos de hidrógeno. Se usa como fluido en las instalaciones de refrigeración y como propulsor de aerosoles) y la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural), que producen el deterioro de la capa de ozono y la polución de la atmosfera, generando el llamado efecto invernadero. Un átomo de cloro puede destruir cien mil moléculas de ozono. Las selvas tropicales son explotadas y destruidas sin ningún plan de reforestación. El árbol es el único agente natural que destruye dióxido de carbono y produce oxígeno. Sin árboles, el agua provocaría corrimientos de tierra y haría inviable la agricultura. Quince kilómetros cuadrados de bosque tropical desaparecen cada minuto. Algunos animales marinos se encuentran ya en grave peligro de extinción por el calentamiento en los océanos. El deshielo de los casquetes polares alterará la salinidad de los océanos y con ello, el flujo de las corrientes marinas. El hielo acumulado en la Antártida tiene suficiente agua para elevar hasta 62 metros los niveles del mar en todo el planeta. Dentro de cincuenta años la población mundial se duplicará, alcanzando los once mil millones de personas. En los países ricos predominarán los ancianos, en los países pobres, una superpoblación infantil, las grandes inmigraciones serán su consecuencia. En los países ricos hay más de treinta millones de personas sin empleo y cerca de cien millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, en los países en desarrollo hay mil trescientos millones de personas que viven en la pobreza absoluta. Una quinta parte de la humanidad genera el 71% de las emisiones perjudiciales para la capa de ozono y el 68% de los residuos industriales del mundo. Un ejemplo sencillo, el trifluoruro de nitrógeno, presente en las pantallas de plasma, tiene un efecto nocivo para la atmosfera diecisiete mil veces peor que el dióxido de carbono.
Ayudemos un poco involucrándonos en actividades solidarias, manteniendo una actitud activa frente a las decisiones que toman los dirigentes y contribuyendo a reducir el consumo de energía; aprendamos a reciclar, generemos menos basura y aprendamos a clasificarla, plantemos árboles, conduzcamos menos, caminemos más. Cada ser humano es como una bacteria, la unión de muchos puede crear enfermedad o ayudar a restaurar la salud de las personas, de todos los seres vivos, incluido nuestro único hogar, la madre Tierra. Desde el espacio las verdades saltan a la vista. Sólo tenemos un hogar, un cuerpo, una Tierra. Las dramáticas consecuencias de la devastación de los recursos naturales y el daño que estamos infligiendo como especie a nuestra Tierra ya son visibles desde el espacio, pero aún estamos a tiempo. Luchemos pacíficamente para evitar que nuestros hijos y descendientes tengan que vivir en una Tierra moribunda, hostil y desértica; es por nosotros, es por los nuestros, por la diversidad de vida de este hermoso ser, nuestra madre Tierra. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.